domingo, 11 de agosto de 2013

Sobre lo que es la Quietud y lo que es el Movimiento





¡Hoy es domingo, día fijado para que yo escriba! ¡Sí, claro que sí! Estuve pensando toda esta mañana, o tal vez, todos estos días libres que anduve teniendo últimamente, pensé sobre la constante tarea que arrastra ser alguien. ¿Curioso, no? Algunos hacemos todo tipo de vericuetos para llamarle la atención al mundo y buscar, dentro de esas paredes finamente construidas para generar “destinos”, algún tipo de significado interior que nos dé la esperanza de haber vivido gozosamente.

Hace algunos días leí un titular sobre un supuesto estudio científico que aseguraba que (sic) “… una vida de significado vale más que una vida de felicidad”. Pienso que pueden tener muchísima razón. Para empezar, no creo que la felicidad sea algo a lo que la humanidad deba aspirar, ¡ojo no me tomen por pesimista y déjenme brindarle las razones correspondientes! Creo que la felicidad tiene lo vulgar que arrastra todo aquello que es efímero, mientras que el significado se interpone ante cualquier emoción. ¿En definitiva, qué somos más que bípedos con la tarea de razonar sobre qué queremos en la vida?

Fue una semana complicada. Exceso de sustancias varias y una búsqueda personal sobre el valor de las cosas y la vida. Un poco de lo típico pero con todo lo demás que uno arrastra. Me da mucha gracia ver cómo todo aquello que no fue resuelto antes, vuelve hoy a ocuparme la cabeza. ¿O tal vez fue ayer? Bueno no importa tanto tampoco. Pero sí es cierto que nos movemos de forma esférica y siempre con la vista en un objetivo fijo. ¡La vida es movimiento, dijo Aristóteles! Por lo que, siguiendo su esquema típicamente deductivo, la quietud es felicidad.
Fui a ver a un pseudo psicólogo  esta semana. Alguien que por cierto, me ayudó muchísimo en un día de muchísima intensidad. Me dijo que tenía la tara de buscar la felicidad en la perfección y con el aval de otras personas. A lo que disgustado respondí que la perfección era algo que peresguía obsesivamente. Me insistió en esto de escuchar  a mi corazón, que siempre fue muy intuitivo y a su vez, me sugirió que cuando las cosas se pongan muy feas, buscara calmarme con algo que me distraiga y no tanto con ello con lo que constantemente me entretengo, a saber : la música, los vicios, pensar sobre cosas inútiles, etc.

Me habló con un tremendo carisma y después de su sesión, de la que podría dar detalles durante varias horas, alguien me llamó por teléfono. Alguien que, aquí en Chile, ya se ha ganado el título de amigo, pese a que es mucho mayor que yo. Me hablo fríamente, como lo haría alguien que sólo busca hablar con el corazón. Me dijo, Amadeus, quien te ama de verdad te sigue hasta el fin del mundo y aquel que no, pues bueno, será que sólo tiene que ser un lindo recuerdo.

Fue un golpe duro, sobre todo, porque dicho comentario fue acompañado de un pésimo clima de frío polar y una muy mala ubicación tiempo-espacial. Sin embargo, ¿qué se puede decir? Me acuerdo sobre los principios éticos del yoga y como  soltar es parte del principio de la No Violencia.

Yo vivo de la Fantasía, pese a que Schopenhauer insiste en que una pésima idea dado que lo que pueda resultar de cada una de nuestras fantasías, no es ni remotamente cerca de lo que son los hechos reales.  Por ello, decidí dejar de fantasear un poco sobre algunas cosas: El Amor Perfecto, las Amistades Perfectas, ser una Estrella de Rock n Roll.  No obstante, en cambio, me propuse la más viva acción. Ser parte de algo y moverme en pos de todo aquello que bsuco. Siguiendo el razonamiento lógico aristotélico.

Fue muy frustrante ver como el pasado trata de llamar la atención utilizando medios tan mezquinos. No es la primera vez, igual.  Hoy entiendo que la distancia es un elemento difícil de controlar por más tecnología que haya. Lo que más me molesta, sin embargo, es el egoísmo del que fui, somos y seremos parte. En definitiva, cada uno tiene su propia esfera y un poco de sus propias metas. Yo tengo una guitarra. Tengo algún que otro amigo que por suerte, me quiere muchísimo y tengo el don de convertir a la gente y ponerla en mi favor.

¡La actitud no está en quedarse quieto, sino en moverse! La felicidad no está en alguien, está en algo. La vida no se pasa sentado, sino corriendo. Las ideas no son más que maquetas de lo que es acto. Yo, no soy nada más que alguien que escribe un domingo a la tarde porque considera que escribir de tarde es un buen ejercicio.

¡Salud por lo efímero del momento y lo divertido e intrigante del presente!


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