Ay… cuando
escribir se vuelve aburrido. ¿Quieren un secreto? Tengo varias teclas del
teclado gastadas de lo fuerte que las golpeo y, una de ellas, está
completamente suelta del “slot” que le corresponde. Curiosamente, es la coma.
¿Qué informal y satírico es esto del destino, verdad?
Yo siempre creí,
porque soy de esos que tiene que creer en algo, que los meses de cambio eran
febrero y diciembre. Y, sin embargo, hoy me toma por sorpresa esto de que en
junio me esté yendo y quizás que en julio empiece algo y, tal vez, que pronto
me vuelva indenpendiente; y finalmente, que me convertiré en Rockero y seré millones.
Que aburrido que soy
escribiendo. Siempre hablando de las mismas cosas: cambios, cambios, cambios,
letras, letras, letras, palabras, palabras, Plotino, Plotino. ¿Quieren saber la
verdad, amantes de la sabiduría universal? Si Plotino hoy estuviera vivo, sería
una estrella de Rock cantándole al inconformismo mismo del sinsentido que es el mundo y la guerra
contra el Monsanto. Tuve debates
intensos en estos días, con varios de mis amigos. Lamentablemente, a raíz de la
distancia, los tuve que hacer “online”. A uno de ellos le confesé: (SIC) “… nosotros somos los culpables de que
Justin Bieber esté sonando en todas las radios”. Mi amigo, frenéticamente, me
respondió: “ya no quedan buenos músicos, ahora son todos muy conformistas”. Y
yo finalmente, repliqué: “No, siempre fue lo mismo”.
Yo tengo un
anillo en el dedo anular de mi mano derecha, es negro. Una vez me preguntaron en la pileta del
edificio en donde me quedaré sólo hasta el próximo jueves: ¿Ese anillo
significa algo? Le contesté: Sí. Que entrego mi vida al Rock N Roll. Y quedó
finalizada la conversación. Negro, la ausencia de Color, no la suma de todos
los colores, infeliz. (A él se lo digo que quiso hacerse el sapiente).
¡Qué ridícula mi
afirmación! ¡Entregarle la vida al Rock! Bueno amigos, sólo hubo dos cosas que
nunca me han defraudo: Una buena canción y una botella de Whisky. La música
siempre estuvo cargada de Rockeros. El error está en querer poner al Rock como
un género musical cuando, en realidad, es una actitud frente a la vida. ¡Si, es una actitud! ¿O
creen que Mozart con los Divertimentos
buscaba gustarle a la gente? No, claro que no. ¡Él fue un Rockero! Chopin
también. Siempre buscando más y más en las imbricadas redes de la música. ¡La
música, la más excelsa de todas las Artes! El himno de la Alegría que compuso Beethoven, incluso cuando ya estaba sordo con un coro de más de sesenta personas. ¡Eso es Rock!
Y después los
hubo, en las nuevas generaciones. Los 50' arrancaron polleras. Y todos creyeron ver una década en decadencia
cuando llegaron los 60’. El fin de una Era y el Principio del Fin. Los fanáticos
religiosos se subieron las medias, los padres les gritaron a sus hijos, las
empresas compraron patentes, el mundo se redistribuyó y las estrellas pasaron a
estar más cerca del planeta tierra. La tele se hizo popular y nació MTV. La gente gustó de la
Música, los padres les gritaban más a sus hijos. Llegaron las sustancias más
pesadas. MTV se hizo más grande. Los Beatles se separaron. Lo matan a Lennon,
llega Michael Jackson, se inventan personajes como Madonna, se mueren las
bandas glam, nace el “movimiento Seattle”, R.E.M, Pearl Jam, Nirvana: la
mentira musical más grande de la historia… O
como a mí me gusta llamarla: la banda más MTV de la historia. Justin
Bieber: Fin.
Ahora, díganme, post breve resumen: ¿de quién es la culpa?
¡Qué tan aburridas son mis palabras! Yo estoy escuchando a Gram Parsons que,
seguramente, es más desconocido de lo que yo creo que es. ¿Alguien googleara
una canción de él? No. ¿Por qué no? Porque hemos arruinado el gusto. ¡Qué triste, porque todos cantamos, aunque sea alguna vez una de sus más canciones más conocidas! Me
llaman idealista, me llaman soñador: “You may say I’m a dreamer, but I’m not
the only one”. Claro que no, mi
querido John. Yo sigo aquí y hasta que no me fusilen por defender mis ideales,
frente a las puertas de un teatro en donde espero brindar mi concierto al público expectante; hasta
entonces digo, no descansaré en defender los ideales del Rock N’ Roll. La
libertad, el placer, el crecimiento espiritual. Abajo esa ridícula idea del
egoísmo y el monopolio del gusto. ¡Abajo discográficas asesinas que intentaron
censurar a Dylan, a Lennon, a Cash! ¡Abajo, monstruos con atuendos bonitos que se hacen llamar
músicos! ¡Adiós a la música sin sentimiento! BASTA DE JUSTIN BIEBER.
Yo seguiré siendo
un montón de cositas. En entre ellas, un eremita falaz que busca en la Música,
una espiritualidad y que encausa como Razón de Ser, los principios
fundacionales del Rock N’ Roll. Cada día un poco más solo. Cada día un poco más
loco. Cada día con una barba más blanca. Ese soy yo y ése seré. Hay gente que
seguirá sin escuchar a Gram Parsons y dirán que saben de música. Hay gente que
elogiará a Gram Parsons y dirán: ¡Aguante Nashville! Los menos, haremos una
reverencia en honor a Gram Parsons y aunque no consumamos heroína, sí
brindaremos con un vaso de Jack Daniels en la distancia.
¡Salud!
Amadeus,