Tengo que escribir. No sé si es tanta
la tarea de comunicar. Pero estando en mi casa, viendo como las horas en esta
ciudad desértica caen muertas a la vera de una noche que se pierde y un día
que nunca se ganó, uno se pierde en las ganas y comienza a escribir. ¿Qué estoy buscando con esto de escribir? ¿Por qué no me
siento a leer de una buena vez? No, son suficientes latas de cerveza las que
tomé hoy, me sería imposible. Además, para sentarme a leer necesitaría de mis
anteojos los que, por despecho creo yo, todavía no mandé hacer.
Situaciones complicadas las de subsistir. Hoy veía en una entrevista que
uno debería ser, por sobre todas las cosas, una persona espiritual. Que no se
entienda el ser espiritual,
con ir a Misa todos los domingos. Esos espiritualoides,
ya me tienen cansado. No. Me refiero, o se refería el entrevistado mejor dicho,
a la acción que supone pasar tiempo con uno mismo. Entenderse. ¿Conocerse, tal
vez? Situación incómoda algunas veces, porque yo les puedo advertir que,
contrariamente a lo que pensaba hace algunos meses, hoy daría todo lo que tengo
(quizá no mis instrumentos musicales) para poder pasar tiempo en afortunada y
celebrada compañía. Como puede serlo, algún amigo o algún familiar.
Vivir en este entorno tan tosco, tan oscuro, tan servicial, me da una
tremenda pena. De esa que ya no puedo mucho más resistir. Es como si el
desierto se me estuviera pegando en el Alma y junto con él, se están secando
todas mis emociones. Me estoy convirtiendo en una persona nula, lo que mi
Corazón juró nunca entregarse. Veo los relatos fantásticos y veo también, esos
episodios tan cómicos que figuran en los diarios contando lo mal que se está el
mundo, harto de novedades, lleno de problemas. Seguimos con la misma historia
desde hace no sé cuánto tiempo y a mí se me dio por preguntar, ¿cuánto más
tengo que aguantar todo ésta estupidez?
¿Cuánta más ignorancia mayor la felicidad? No, tampoco creo eso y es hora de
derribar ese fatídico mito. Es hora de entender que el Conocimiento, el
Verdadero, se encuentra en la Acción Plena del hombre. Basta ya de suponer e
intentar entender difíciles teorías, sumados a engorrosos teoremas sobre cómo
debería funcionar una economía autosuficiente y bah... ¡Es hora de ser
autosuficiente! Basta de esas torturadas excusas de: con esto no voy a
conseguir trabajo, por eso estudio Abogacía. ¡Basta de Abogados! ¿Para qué
queremos más? Sinceramente.
Hoy estoy más resuelto que nunca, tal vez, a luchar por mis sueños. Los
oscuros, los débiles, los que están perdidos. Me da muchísimo miedo, no lo voy
a ocultar. Mucho más, me invaden un montón de emociones. Y el hecho de tener
que descartar algún que otro tiempo y entregarme a muchos sacrificios.
Pero es hora de encarnar, en Acción: en Cuerpo y Alma, el Amor más puro,
sobre lo que siento y considero como vida. Como mí verdadera Vida. Escuchando
una canción del grupo de Tyler, si, Aerosmith, escuché: Life's a journey not a
destination. Me da la sensación, hoy por hoy, que tiene más lógica eso que
cualquier otra cosa que haya leído en algún que otro libraco.
¿Pueda ser que el Amor puro es aquel a lo que uno se entrega por completo
sin la menor intención de abandonarse en el camino? Yo tengo ganas de
entregarme por completo y, de ahí en adelante, que los pasos sean guiados por
el Amor, ya no por el interés.
¡Tal vez sea hora de que abra un poco más mi corazón y dé espacio al Amor! ¡Al verdadero! ¡Al único!
Amadeus,
durísimo golpe porque estudio abogacía jajaja... excelente la expresión de entregarse sin perderse uno... la modernidad complica las cosas pero es la época que nos toca vivir... hay que encontrarle la vuelta y ser feliz viviendo con las cosas que uno ama... y mientras uno más se conoce más se da cuenta de lo que ama...
ResponderEliminarun abrazo grande desde Córdoba viejo y seguí escribiendo así te sigo leyendo...
cuidate mucho vieja