lunes, 5 de diciembre de 2011

Primer paso: Ser realista.

Mi papá siempre me habló de lo mismo. (Antes de seguir quiero comentar las tremendas ganas que tenía de escribir, ¡eso es bueno!). El primer paso para solucionar cualquier tipo de inconveniente es, ser realista. Claro, también agregó que, si uno cree que el mundo está loco, entonces es porque el loco es uno.



A diferencia de muchos otros padres, mi papá es de una personalidad ejemplar. Es de los que usan reloj. Ya de por sí, ésa gente, tiene mucho que decir al mundo. Por sobre todo, lo entiende. Y, lo más genial de ello, es que saben administrarse con criterios bien establecidos.

Hoy fue un día importante para mí. Si bien, están aquellos días en los que uno se decide, están los más importantes que son los que uno se pone a trabajar en lo que decidió. Claro, toda decisión conlleva a alguna consecuencia, buena o mala. "El primer paso consiste en ser realista". ¿En dónde entramos con esto?

La realidad es que acá todo me está costando mucho y que tengo que dar de baja algo que intenté, creo yo, hasta sus últimas consecuencias. O, por lo menos para ser un poco más flexibles, hasta las consecuencias más aceptables. Porque también hay de las otras, de las que no se puede volver atras. En cambio yo, bien filosóficamente, siempre me manejé con el límite de lo permisible. Ozar pasar tal límite, podría haber sido en personas como yo, catastrófico.

Para personas como yo, aceptar la realidad nos es bien difíicil. Primero porque nuestra filosofía consiste en negarla constantemente para que no nos sobrepase. Segundo porque, la invención de nuestra realidad nos es tan nuestra que ya la tenemos incorporada a nuestra psique. Por último, el tonto orgullo hace ver verdad en lo no cierto.

Así pues, mi papá tenía razón: ¡el primer paso consiste en ser realista! Ver todo desde el punto de vista más frío y objetable posible. De ésa forma, aunque a veces duela, vamos a tener un panorama bien diferente del que, con orgullo y libertad, creemos crear.

Una vez leí algo interesante: ¿Si existiera un espejo que te reflejase tal cual sos, te animarías a verte en él? Pregunta que aparenta ser sencilla pero que yo, relaciono muchísimo con lo me dijo mi papá. ¿Ustedes se animarían? Amadeus, ¿te animarías? Me da escalofríos de sólo pensarlo.

Entonces, ya no nos queda mucho más: aceptar la realidad. Acepté la realidad. La realidad es que no tengo nada que ganar, nada que perder. Nada que dar, nada que recibir. Di todo, hasta donde pude, de lo que soy.  Es hora de migrar.

Primer paso.

Ser bien frío en la decisión que uno tome, por más dolor que nos cause.

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