miércoles, 10 de julio de 2013

Soy un Egoísta.



Soy un egoísta: y tengo que admitirlo de una buena vez. Esta carga de ser tan yo, me pesa un poco. Y hoy, frente a todos y todas, tengo que ser enteramente franco y abrirme. Al principio, yo creía que el egoísmo era algo que sólo se leía en los libros de Dostoievski o en las buenas historias de Cortazar. Sin embargo, yo soy el peor de todos. Lo dije antes y lo digo ahora: soy un monstruo.
A la tarde, después de unos días de ya estar en Chile, decidí que era conveniente salir un poco. Las cuerdas de mi guitarra están bastante gastadas y, dado que me robaron esos hermosos encordados que compré en Estados Unidos para que, una vez abandonado Dubái, pudiera cambiarlos al llegar a BAires; tuve que considerar la idea de que, tal vez, era necesario comprar cuerdas. Me tomé mi tiempo.

Pensé para mis adentros: “Amadeus, si haces esto ahora, es el fin. No vas a salir más del cuarto y lo sabés”. Pero no lo pude resistir y busqué en internet una casa de Música. Fui a tres y en ninguna de las tres tenían las cuerdas que yo quería. Casi desisto y voy a una cuarta hasta que comprendí que el instrumento, por suerte, se adapta a mí y no al revés. Tuve que comprar otras. Pero toda esta lucha de cuerdas me hizo reflexionar hondamente sobre mi situación actual. Tal vez, porque ésta salida que recién comenté, vino acompañada de una pregunta por parte de unas de mis amigas: “¿Saliste ya a conocer?”. Claro, respondí,un poco...Pero ahora, "la verdad" si es que quieren saberla: no. No recorrí nada. ¿Y quieren saber por qué, fieles lectores de las cartas de Amadeus? PORQUE NO ME INTERESA. ¡Y he lo ahí, mi egoísmo y yo!

Solía pensar, por qué no creer, que el Amor venía envasado en un cuerpo de mujer al que uno decidía querer y éste era ideal y perfecto. Ya estoy viejo para esos pormenores y ni siquiera me interesa tal idea del amor pictórico y romántico. Me interesa y me desespera sólo, saber si le puedo cambiar las cuerdas a mi guitarra. ¡Y otra cosa que me vuelve loco es saber que no traje mi mandolina aquí conmigo!
 
Soy un monstruo. Soy un altanero andante que va de ciudad en ciudad buscando una guitarra. Buscando un poco de música. Perdí todo interés en ser mejor, en conocer mejor en sentir mejor. Sólo quiero estudiar música y seguir, de a poquito, con esta evolución personal que una vez tomé como lucha y hoy defiendo como estilo de vida. Soy tan necio que ni si quiera voy a clases ¡y lo bien que me harían! No. Pero a mí, no me interesa.

Me gustaba pensar en los sueños y en las metas. ¡En las idas y vueltas! En los caminos que toma la vida y los coloquios universales que nos dan los espacios fieles de desarrollo y evolución. Me pregunto:¿de qué sirve todo esto? ¿De qué? Si ya no tengo nada de eso. No tengo sueños. Puede que tenga metas, pero definitivamente no son sueños. ¿Tengo ganas de vivir en otro lugar? Si. ¿Tengo ganas de viajar? Si. ¿Tengo ganas de hacer música? Si. Pero, precisamente, es lo que vengo haciendo desde los últimos años, ¿verdad? Entonces, Tom Waits no es tan repetitivo como uno piensa y está bien que él silbe y yo cante. Porque en definitiva él usa saco y fuma cigarrillo y a mí me gusta vestir con sombrero.

Yo veo las horas que se esconden en mi ventana y un montón de palabras de mujer me suenan en los oídos. Pero soy egoísta y no puedo esconder esa nauseabunda idea de que sólo quiero ser yo y morir con una guitarra o, por lo menos, algún instrumento que se le parezca. Mi héroe es Keith Richards, y creo que a estas alturas, superó mi pasión por Napoleón.

¿Entonces? ¿En dónde quedan los planes de vida y las ganas de seguir adelante? Otra vez, lamento defraudarlos amigos míos, queridos lectores, ¡apasionados del Rock! Pero la ruta no se terminará aquí y puede que en ningún otro lado. Sólo existe un lugar que me es preciado en el corazón y ese lugar es Buenos Aires. Pero lamentablemente, como lo dijo alguien que hoy no me acuerdo: a Buenos Aires sólo se la puede extrañar cuando se está lejos, porque si no, se la odia. Y a mí me gusta extrañarla.

¡Adiós Buenos Aires! Bienvenido a Latinoamérica.

Amadeus,  

1 comentario:

  1. Amadeus, o Don YoTeConozco: particularmente con este relato me sentí más que identificado, obviando el egoísmo como excusa primaria, pero focalizándo en lo que realmente quiero, en lo que debo y en aquello que los demás esperan de mi... en fin, soy egoísta y no tardará mucho en dar cuenta de ello si en algún momento volvemos a vernos. Presumo que usted es el de siempre, pero más experimentado y sabio, que no es poco decir... Adelante ese egoísmo que presumo real y hermoso y nos vemos por aquí, o nos leemos por alla... Siempre recuerde que http://notasdesdeaca.blogspot.com.ar/ lo espera ansioso! Un saludo afectuoso!

    ResponderEliminar