Suena Ein Deutsches
Requiem y me recuerda, inmediatamente, a esas noches en mi casa en donde con el
violoncello, me entregaba a la más sublime de todas las artes: el arte de ser
puro y libre. El Arte de la Música. ¡Ah!.. los recuerdos de libertad. ¡Requiem! ¡Brhams! Éste psicótico e intrépido
compositor, autor de los más hermosos tercetos de cuerdas.
Hoy pues, con el
inconfundible Requiem, con la auténtica melodía del ser y la perfección es que
grito a viva voz: BASTA. Se me acabaron las ganas de todo esto. Se me acabó la
penosa tarea de ser un agente inmediato de la necesidad económica, vil y
pueril, anti-revolución. Se me fueron las ganas de perder la libertad de mis
pasos, la salud de mi cuerpo, las horas de sueño. Me harté de mis ratos de ocio, de la
imposible capacidad de movimiento. Del aislamiento innecesario. De la inhumana entrega
a un oficio que por demás, poco deja al títere y mucho al titiritero.
Me cansé del
desolado pronóstico de La Europa, La América y El Occidente. Me cansé de la
idiota idea de que sin bancos y sin celulares, no se puede vivir. Me harté del
errado concepto de libertad que a diario practicamos.
Heme aquí, con
una suerte de apología que dejará mucho que desear porque son más de dos
jornadas seguidas que paso sin poder dormir más que unas pocas horas. ¿Y todo
por qué? Para que al final del día, mi música no salga como se debe, mis
palabras no se digan como corresponde y mi cerebro no funcione como debería.
En mis años
terrestres, leer, hacer deporte, conocer gente, respirar aire puro, eran
menester y necesidad. Hoy, a duras penas puedo yo, salir sin sentirme agobiado.
Con dificultad leo las páginas de un Crimen y Un Castigo que pareciera estar
escrito para mí. Con tremendo tedio practico deporte y casi nunca, nunca, estoy
con la gente que más quisiera.
El vínculo humano
se convirtió aquí, en inhumano. Y lo que antes nos hacía hombres, hoy nos hace
necios. Ya no maldigo como injustamente hice antes,los motivos religiosos, los
agentes psico-activos propios del entorno o cualquier otra bonita y filosófica explicación. Ayer entendí
que esto se debe puramente porque a la gente le gusta vivir así. ¡Así es! ¡Es
el estilo ilimitado de la estupidez organizada! Del género más vano. De la
repugnancia más pueril. Del sin sentido más perfecto.
Hoy dejo todo.
Hoy se acabó. Hoy me levanté gritando: BASTA.
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