domingo, 14 de abril de 2013

HOY GRITÉ BASTA.




Suena Ein Deutsches Requiem y me recuerda, inmediatamente, a esas noches en mi casa en donde con el violoncello, me entregaba a la más sublime de todas las artes: el arte de ser puro y libre. El Arte de la Música.  ¡Ah!.. los recuerdos de libertad. ¡Requiem! ¡Brhams! Éste psicótico e intrépido compositor, autor de los más hermosos tercetos de cuerdas.

Hoy pues, con el inconfundible Requiem, con la auténtica melodía del ser y la perfección es que grito a viva voz: BASTA. Se me acabaron las ganas de todo esto. Se me acabó la penosa tarea de ser un agente inmediato de la necesidad económica, vil y pueril, anti-revolución. Se me fueron las ganas de perder la libertad de mis pasos, la salud de mi cuerpo, las horas de sueño.  Me harté de mis ratos de ocio, de la imposible capacidad de movimiento. Del aislamiento innecesario. De la inhumana entrega a un oficio que por demás, poco deja al títere y mucho al titiritero.

Me cansé del desolado pronóstico de La Europa, La América y El Occidente. Me cansé de la idiota idea de que sin bancos y sin celulares, no se puede vivir. Me harté del errado concepto de libertad que a diario practicamos.

Heme aquí, con una suerte de apología que dejará mucho que desear porque son más de dos jornadas seguidas que paso sin poder dormir más que unas pocas horas. ¿Y todo por qué? Para que al final del día, mi música no salga como se debe, mis palabras no se digan como corresponde y mi cerebro no funcione como debería.

En mis años terrestres, leer, hacer deporte, conocer gente, respirar aire puro, eran menester y necesidad. Hoy, a duras penas puedo yo, salir sin sentirme agobiado. Con dificultad leo las páginas de un Crimen y Un Castigo que pareciera estar escrito para mí. Con tremendo tedio practico deporte y casi nunca, nunca, estoy con la gente que más quisiera.

El vínculo humano se convirtió aquí, en inhumano. Y lo que antes nos hacía hombres, hoy nos hace necios. Ya no maldigo como injustamente hice antes,los motivos religiosos, los agentes psico-activos propios del entorno o cualquier otra  bonita y filosófica explicación. Ayer entendí que esto se debe puramente porque a la gente le gusta vivir así. ¡Así es! ¡Es el estilo ilimitado de la estupidez organizada! Del género más vano. De la repugnancia más pueril. Del sin sentido más perfecto.

Hoy dejo todo. Hoy se acabó. Hoy me levanté gritando: BASTA. 

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